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El fabricante de camisas original

Nacido en 1949

Para GANT, todo comenzó con las camisas y hasta este momento no hemos dejado de reinventarlas. Confeccionada por primera vez en 1949, se trata de una camisa con un legado y una historia brillantes. La dedicación a la calidad de nuestro fundador Bernard Gantmacher y el sentido del estilo y los negocios de sus hijos Marty y Elliot resultaron ser la combinación perfecta para lograr el éxito.

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1907 – 1927

El Inicio De Un Largo Viaje

Berl Gantmacher era hijo de un molinero de Miropol, Ucrania, que, siendo adolescente, ya se había abierto camino desde el Imperio ruso hasta Róterdam. Desde allí continuó hacia el oeste; se embarcó en el S.S. Potsdam, un barco de vapor holandés-americano, y zarpó hacia la ciudad de Nueva York. Según el registro de los archivos de la Isla Ellis llegó el 12 de noviembre de 1907.

Tenía 17 años.

Al igual que muchos inmigrantes judíos, americanizó su nombre, Berl se convirtió en Bernard, y se dedicó a mejorar sus conocimientos. Se matriculó en clases nocturnas en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Columbia, pero durante el día encontró un trabajo en la animada industria de la confección de la ciudad, ubicada en el Lower East Side. Trabajaba muy duro uniendo las distintas partes de las prendas de ropa, pero allí desarrolló su afán emprendedor y aprendió a confeccionar ropa. Allí también conoció a Rebecca Rose, una mujer cuyo trabajo consistía en coser ojales y botones. Más tarde se convertiría en su mujer.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, Bernard se alistó en el ejército de los Estados Unidos y se fue a luchar a Francia. Tras su servicio militar, volvió a Nueva York con un deseo renovado de alcanzar el éxito. Se graduó en la universidad, se casó con Rebecca y decidió que era el momento de montar un negocio. Con su socio Morris Shapiro, fundó Par-Ex Shirt Company con sede en Brooklyn.

Par-Ex confeccionaba camisas por excelencia para otras marcas, entre las que se incluía Brooks Brothers. La nueva empresa fue todo un éxito, y en 1927 Par-Ex Shirt Company se trasladó para seguir mejorando a New Haven, Connecticut.

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1927 – 1949

El Nacimiento De La Marca Gant

En aquella época, la ciudad de New Haven era una de las capitales de la confección de ropa de los Estados Unidos. Uno de los motivos de esto era que contaba con una amplia comunidad de inmigrantes italianos, muchos de los cuales eran trabajadores de la industria de la confección y tenían un gran talento.

Eran buenos tiempos para los Gantmacher. El negocio creció y, con él, la familia. Dos de los hijos de Bernard y Rebecca, Marty y Elliot, siguieron trabajando para llevar a GANT al éxito colosal. Los chicos, nacidos en 1921 y 1926, crecieron en New Haven y ayudaron en la fábrica de camisas barriendo el suelo y uniendo cuellos. Asimismo, fueron conscientes de lo que estaba sucediendo en el campus de la cercana Universidad Yale, algo que cambiaría el curso de la moda de los Estados Unidos.

El estallido de la Segunda Guerra Mundial interrumpió sus carreras y ambos hijos se alistaron en el ejército. Tras volver a casa en los años 40, estudiaron en la Universidad de Connecticut. Marty se especializó en administración y gestión de empresas y Elliot en marketing. Más tarde, con todos estos nuevos conocimientos, retomaron el negocio familiar.

Los hermanos observaron que Estados Unidos estaba entrando en un periodo de cambio rápido y profundo. La guerra había acabado con muchas tradiciones antiguas. Nuevos tipos de arte, música y moda se estaban extendiendo por todo el país. Marty y Elliot vieron una gran oportunidad, y la aprovecharon. Convencieron a su padre de que era el momento de dejar atrás Par-Ex y el negocio de contratación. En lugar de fabricar ropa para otras marcas, venderían camisas perfectamente confeccionadas con su propio sello.

En abril de 1949 nació GANT Inc.

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1949 – 1959

En Busca Del Público Adecuado

"Marty y Elliot conocían el negocio familiar. Se identificaban tanto con él que incluso cambiaron su propio nombre, Gantmacher se convirtió en Gant. También conocían el poder de la publicidad. Querían que sus productos se viesen siempre en los lugares adecuados. Eso significaba abastecer únicamente a las mejores tiendas de la ciudad, y anunciarse en The New Yorker.

El primer número de The New Yorker se había publicado en febrero de 1925 con un dibujo de un dandi con monóculo en la portada. Se trataba de un nuevo tipo de revista que atraía a un nuevo tipo de lector.

“The New Yorker será la revista no editada para las señoras mayores de Dubuque”, escribió Harold Ross, editor fundador. “No le preocupará lo que ella piense. No pretendo ser irrespetuoso, pero The New Yorker es una revista claramente publicada para un público metropolitano”.

Atraía a los mejores escritores y a los más ingeniosos, a todos desde J. D. Salinger y Vladimir Nabokov hasta Dorothy Parker y F. Scott Fitzgerald y su esposa Zelda. No solo era muy exigente con los escritores cuyas obras publicaba, sino también con sus anuncios. Rechazaba los anuncios que no encajaban con el tono de la revista.

Una de las empresas que cumplía todos los requisitos era GANT. Al principio, lo único que Marty y Elliot podían permitirse eran anuncios en blanco y negro en 1/8 de página cada tres meses. Poco a poco pudieron permitirse anuncios más grandes y frecuentes, en los que aparecía la camisa Oxford en cuatro fotos diferentes y cuatro situaciones distintas, para en última instancia publicar ocho anuncios a todo color en un año. La campaña difundía el mensaje de que GANT confeccionaba la clase de camisas que llevaban los jóvenes más brillantes y sofisticados.

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LOS 50

La Explosión Del Color

"No intentemos ser todo para todos. Todos somos únicos. Cuando pensamos por nosotros mismos podemos ser personas muy diferentes con muy buen gusto”. – Elliot Gant

Cuando llegó la nueva década, el look de la Ivy League pasó a ser aún más personal y elegante. GANT confeccionó cada vez más camisas de colores atrevidos con telas poco convencionales, entre las que se incluían camisas de madrás, a rayas de tonos pastel y con motivos de tela escocesa. Estas camisas combinaban con el ambiente revolucionario de los años Cinquenta. Esto pasó a conocerse como la Explosión del color Oxford, y desde entonces ha sido una de las características más importantes del look de la Ivy League. Finalmente, Marty y Elliot prohibieron incluso a su personal de ventas que llevase camisas blancas durante el horario laboral.

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Mediados de los 50

La Marca De La Calidad

Desde el principio, GANT es conocido por la calidad de sus camisas. En los primeros días, cuando la empresa se encargaba de suministrar camisas a otros comercios minoristas, se añadió una discreta marca comercial de GANT: un pequeño rombo con una “G” grabada en el faldón de la camisa. Esta marca era la garantía de calidad del cliente al igual que la etiqueta del comercio dentro del cuello.

A mediados de los años 50, la G con el rombo se había convertido en parte de la historia de la ropa masculina americana, una señal distintiva de primera calidad que ayudó a que los mejores vendedores deseasen estas camisas exclusivas, cuya demanda superó enormemente a la oferta.

Los años 50 fueron una época de crecimiento sin igual en los Estados Unidos y las camisas GANT ayudaron a definir el look informal a la par que elegante que dominó los años de la posguerra. La elaboración detallada de GANT y el estilo americano natural atrajeron a una generación de hombres que habían llevado durante años ropa militar y que ahora habían vuelto a casa para ocupar su lugar en la floreciente clase media.

Apreciaban la caída perfecta del cuello de las camisas GANT y la calidad del tejido que era de esperar. Y muy pronto comenzarían a apreciar otra cualidad en la que GANT fue pionero: el color. Durante décadas la camisa blanca lisa había dominado la ropa masculina, pero eso estaba a punto de cambiar para siempre. Se avecinaba una explosión de color, y dicha explosión se desencadenó en la ciudad de New Haven, Connecticut.

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1954 – 1959

New Haven y El Look De La Ivy League

El término Ivy League se utilizó por primera vez en los años 30 para hacer referencia a un grupo de universidades del nordeste de los Estados Unidos que eran rivales en el terreno deportivo. Sin embargo, pronto se convirtió en sinónimo de algo más que simplemente deporte. Denotaba excelencia académica, prestigio, tradición y un estilo nuevo y relajado que cambiaría para siempre la moda de los Estados Unidos. Un estilo que pasó a conocerse como el look de la Ivy League.

En 1954, la revista LIFE anunció que New Haven se había convertido en la cuna del look de la Ivy League. El motivo de ello fue que New Haven no solo contaba con una próspera industria de la confección, sino que también era el hogar de la Universidad Yale. Era el lugar perfecto para el florecimiento del look de la Ivy League.

Este nuevo look consistía en vestir bien sin necesidad de ir arreglado. Incluía prendas como zapatos de gamuza de color blanco, pantalones de franela de color gris, camisas abotonadas y chaquetas sin hombreras. Se trataba de un look más informal, que contrastaba enormemente con los trajes de botonadura cruzada y hombros acolchados que habían predominado durante los años anteriores a la guerra.

Marty y Elliot fueron conscientes de forma instintiva de lo que estaba sucediendo en su ciudad natal. Observaron el nuevo estilo y reconocieron que encajaba con lo que GANT estaba haciendo. Comenzaron a experimentar con camisas con diferentes telas y estilos, y añadieron colores más atrevidos a la pálida paleta de los años 50. La familia se tomó muy en serio su papel en la creación de un nuevo look más brillante, y en 1954 el nombre de la empresa pasó a ser GANT of New Haven.

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1949 – 1960

La Exclusividad De Gant

Los primeros que llevaron la camisa abotonada fueron los jugadores de polo ingleses, pero a finales de 1940, se convirtió en una prenda esencial del armario de cualquier hombre bien vestido. En los Estados Unidos fue una creación original de Brooks Brothers de 1920, pero GANT jugó un importante papel en su evolución, haciéndola suya.

Esto sucedió por varios motivos. La calidad fue uno de ellos, pero también existían varios aspectos sobre la confección de la camisa que no solo eran únicos, sino que en determinados casos también eran extremadamente difíciles de copiar. Entre ellos estaba la forma de los bordes delanteros del cuello abotonado. Se perfeccionó gracias a la combinación de las habilidades técnicas de Bernard y el sentido de la moda de Marty y Elliot, y pasó a conocerse como la caída perfecta.

La caída perfecta no fue el único detalle exclusivo que GANT perfeccionó. Entre otros pequeños toques muy apreciados por los clientes se incluyeron: La trabilla de la parte trasera de la camisa que puede utilizarse para colgar la camisa en el vestuario y evitar que se arrugue. Incluso se convirtió en parte de la cultura de las citas de la Ivy League que un chico se quitase la trabilla cuando era el novio formal de una chica (y ella, por su parte, llevara su bufanda).

La tabla, en la parte trasera de la camisa, proporcionaba al chico mayor libertad de movimiento. Y el botón del cuello trasero mantenía la corbata en su lugar y evitaba que el cuello se levantase. En 1963, la lengüeta de botones ganó un premio de la revista Esquire. Elliot inventó la lengüeta de botones para que la corbata y la camisa combinasen a la perfección. Junto con la caída perfecta, el nudo de la corbata armoniza con la camisa y crea ese look ideal de la Ivy League. Al mismo tiempo que perfeccionaban la camisa para hombre, GANT se dio cuenta de que no solo los hombres deseaban llevar sus prendas. Inspirados por las mujeres que pedían a sus novios y maridos las camisas, se dieron cuenta de que ambos sexos apreciaban la ropa de calidad. GANT presentó las camisas para mujer con el lema: “Para las mujeres GANT confecciona camisas, no blusas”. Se trataba de un nuevo capítulo para la empresa, y con él llegó un nuevo nombre. Ahora la empresa se conocía simplemente como GANT Shirtmakers, reflejando así la excelencia y la importancia cultural de la exclusividad de la empresa.

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1960

La Tienda Yale CO-OP

Para los estudiantes, la Yale Co-op era algo más que simplemente el lugar donde podían comprar de todo, desde cepillos de dientes hasta libros de texto. La tienda del campus también era el lugar al que iban a comprar ropa y, cuando estalló el look de la Ivy League, la Yale Co-op se convirtió en el nexo del nuevo estilo.

La tienda se fundó en 1885 y era la segunda tienda universitaria más antigua de los Estados Unidos (únicamente por detrás de Harvard COOP). Suministró a generaciones de estudiantes prendas de ropa que se convertirían en básicos de la Ivy League: trajes sin hombreras, corbatas del regimiento, jerséis con cuello de pico, chaquetas deportivas, pantalones caqui, zapatos formales de cordones y mocasines, todo lo necesario para ir a la moda en el campus. Sin embargo, la línea de camisas de GANT para la Yale Co-op causó sensación.

Las camisas abotonadas volaron de los estantes y se convirtieron en una parte esencial del look de la Ivy League. Muy pronto la camisa abotonada comenzó a utilizarse no solo en el campus, sino también en todo el país, ya que se convirtió en una prenda básica del hombre americano elegante de los años 50 y 60. Y para todos aquellos que querían lo mejor, la camisa abotonada era sinónimo de GANT.

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DE 1949 EN ADELANTE

La Presentación De La Ropa Deportiva Americana

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial y los soldados americanos volvieron a casa, el país sufrió un periodo de cambios muy rápidos. Nuevos gustos y nuevas influencias en cuanto a deportes y moda se extendieron por toda la nación. La radio, la televisión y las revistas presentaron un estilo de vida activo con el que nunca habían soñado. A medida que las actividades deportivas influían en numerosos aspectos de la confección creativa, la demanda de un look cómodo continuó extendiéndose. Las camisas GANT ayudaron a definir el look informal y elegante al mismo tiempo. Surgió una clase media que apreciaba la caída perfecta del cuello de las camisas GANT y la calidad del tejido que era de esperar. Hasta finales de los 60, GANT solo había sido un fabricante de camisas, pero había llegado el momento de utilizar sus conocimientos especializados para ampliar su registro. En 1971, confeccionaron su primera colección de ropa deportiva americana, que incluía corbatas, pantalones y camisetas de rugby.